- No oxigenamos los órganos de forma correcta.
- El cuerpo se agota y perdemos niveles de fuerza y resistencia muscular.
- Perturbamos el correcto funcionamiento del organismo.
- Perdemos apetito.
- Notamos malestar corporal así como fatiga.
- Nos cuesta concentrarnos.
- Sufrimos somnolencia.
- Tenemos mayor riesgo de caídas.
- Somos más propensos a infecciones del tracto urinario.
- Aparecen enfermedades dentales.